


Esta película rememora el nacimiento de las imágenes en movimiento antes de la llegada del cinematógrafo. «Ayer estuve en el reino de las sombras. No es la vida sino su sombra, no es el movimiento sino su espectro. Nacido de la linterna mágica y del cuarto oscuro, es la invención del diablo. En Bruselas, Plateau inventó el dibujo animado, cuya zarabanda duraría casi medio siglo. Al otro lado del Atlántico, un tal Newbridge construyó el primer proyector de fotos animadas. Con la máquina de Hanscluss, esta vez el resultado fue casi perfecto. La historia, decía la prensa, utilizaría el invento. Una noche, en Lyon, Louis Lumière soñó con la máquina perfecta y la construyó. Captaría los gestos más leves, las miradas y tal vez el alma del mundo. A partir de entonces, Su Majestad el Cine reinó sobre el mundo de la imagen. Con él, el siglo llegaba a su fin, y lo había inventado todo con una habilidad verdaderamente diabólica.